Narvalia Midnight

4 de noviembre de 2009

Nunca he visto un cielo tan azul.

Es cierto, aunque suene un poco a guión de una conocida serie de televisión, es verdad.
  Aún a través de las gafas de sol que tengo puestas para poder estar viendo la pantalla de mi Ultra, el cielo es de un azul que no veía desde hacía mucho. No hay nubes en ninguno de los puntos de la rosa de los vientos, y el hecho de que corra una cierta brisa fresca ayuda a pasar el insoportable calor del día de agosto en el que me encuentro sumergida.
 
Ciertamente la piscina me llama mucho, pero sé que si me meto en ella lo único que podre hacer es bucear intentando no pensar en que te echo de menos. Además… soy lela y me dejé las gafas de buceo en casa…
 
Pero es verdad, la más dura y absoluta, allá cada uno y al que le fastidie, ya te dije aquel día que no hacía falta que me leyeras.
 
¿Y tu osito? ¿donde andas? también te extraño, vete a saber donde te encuentras. Entre Cádiz y Barcelona o entre Murcia y A Coruña, eso seguro. De resto, no sé nada más.
 
A lo mejor te llamo esta tarde.
 
Y nada, de Gambita… (perdona, pero me hizo gracia) supongo que estarás en la isla… el miércoles quiero verte, ya te lo aviso!
 
Y es que como me decía Feria el otro día(aunque parezca mentira también te echo de menos)… el grupo se dispersa… y aunque sea por unos días, eso duele! y tú vas y te ríes.
 
… Serás Tonto del culo!! XD XD. (Sabes que es broma… Pero si yo te quiero lemming!! [voy aprendiendo ^^ ])
 
Y nada, hoy, aquí, en la piscinita de un conocido hotel de mi ciudad, con un sol de justicia y un calor de muerte, me apetece un poco de Shakespeare:

No sufráis, niñas, no sufráis...
Que el hombre es un farsante;
Un pie en la tierra, otro en el mar.
Jamás será constante.


¿Por qué sufrir?
Dejadles ir...
y disfrutad la vida.

Vuestros suspiros convertid
En cantos de alegría.

No cantéis, niñas, no cantéis
lamentos de infortunio
que el hombre falso siempre fue
desde que el mundo es mundo.


¿Por qué sufrir?
Dejadles ir...
y disfrutad la vida

Vuestros suspiros convertid...
¿En que?
¡En cantos de alegría!.



(Por poner algo… y aunque no sea El Sueño de Una Noche de Verano, aquí empieza a haber Mucho Ruido y Pocas Nueces… Me voy a casa.)

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